AUTOR: JUAN CARLOS MORALES AGUDELO
MUNICIPIO: MONGUÍ – BOYACÁ
RELACIÓN: Escogí esta profesión porque desde niño siempre quise ser artista y es un sueño que gracias al apoyo de mi familia hoy es realidad.
DESCRIPCIÓN: La presente obra de carácter realista pretende abordar un imaginario artístico desde el concepto de libertad, esa capacidad del individuo para expresar sus pensamientos, sentimientos y experiencias de manera autentica y sin censura. La libertad en el arte es fundamental para la creatividad, innovación y la expresión autentica, permitiendo expresar de manera autónoma y sin restricciones, creando obras que reflejen una visión y perspectiva única fundamental para el desarrollo de una sociedad más creativa, critica y reflexiva.
En este caso la obra quiere representar a los héroes del futuro… como personaje principal una niña en pose referencial de la estatua de la libertad se alza sobre un pedestal que en este caso es una silla, la cual quiere simbolizar esa plataforma del sueño, un escalón al cual se busca subir, estar más arriba de las posibilidades presentes, una proyección que permita alcanzar esa meta anhelada. Una niña que alza su brazo llena de la vitalidad que caracteriza a la etapa infantil donde su sueño es ser artista, pintar, dar color a las formas y a las ideas, crear mundos propios e imaginarios, darle forma a la alegría de vivir. Esta niña está rodeada de diversos elementos de origami los cuales vienen a representar esas primeras figuras que se moldeaban en papel y que significan de manera poética los recuerdos de una infancia. Por otra parte, se han representado animales del entorno como el colibrí, las abejas, paloma, las gallinas, mariposas y un perro que se distribuyen a lo largo de una fachada antigua que hace referencia a la estética de Monguí con sus puertas y ventanas color verde y sus muros blancos adornados con materas llenas de flores… con esta representación de fondo se quiere poner de manifiesto esa memoria histórica y esa carga emocional que tienen estas casas, donde el paso del tiempo y el paso de sus habitantes han dejado huella en el desgaste de los muros y puertas, que nos invitan a reflexionar sobre los espacios y lugares que cobran vida y que tienen un ciclo, un sentir, un aroma, un respirar como sus moradores. Un segundo personaje que representa a un niño pintando la bandera de Boyacá en la fachada quiere afianzar el mensaje de reconocer nuestra estética boyacense, el sentir orgullo de sabernos parte de un territorio único, cultural, de tradiciones, oficios dignos y saberes que perduran en el tiempo y el espacio. Otro elemento importante dentro de la composición es la escena que enmarca dentro de la ventana de madera que tiene que ver con algunos referentes artísticos que han marcado la historia del arte. Así pues, podemos decir que un niño es un héroe que sueña con un futuro libre y que mejor manera cuando se encamina en el arte como medio de vida y profesión.